BELLADONA ATROPA



BELLADONA ATROPA
DINÁMICA.
NÚCLEOS MOTORES: Desconfianza, impaciencia y nostalgia.La forma como estos núcleos motores activan la psora latente de belladona  y su evolución  al estadío psiphilitico y psicosíco, observado en la experimentación que Hahnemann hizo de la belladona diluida y dinamizada.
La psora latente que presenta el bebé belladona, se manifiesta desde el nacimiento hasta los 18 meses de edad. La sensación que el bebé tiene es de confianza y seguridad, al recibir el bebé,  los cuidados amorosos de la madre, que está atenta a las sensaciones insatisfactorias del niño, ofrece  la alimentación por medio de una lactancia disciplinada, estableciendo un horario determinado  que le produzca tranquilidad y placer, siempre pronta a solucionar todo lo que le origine displacer,  así  se establece un vínculo dual y simbiótico entre madre e hijo. Después de los 18 meses de edad, el padre entra hacer parte importante en el desarrollo emocional del   bebé y se establece un triángulo padre- madre –bebé. Que posteriormente se extiende a sus familiares más cercanos, esto sería la base para la futura socialización del  bebé.
Cuando el niño trasciende satisfactoriamente cada etapa del  desarrollo psico- sexual, al finalizar la adolescencia podrá identificarse con las figuras internalizadas de sus padres y entra a la adultez, en una plena madurez. 
Cuando la madre en la educación del bebé no impone una disciplina en el horario alimenticio y  ciertas normas que el niño debe cumplir en su desarrollo emocional,    el niño pasa por alto estas normas y pide el alimento cuando él lo desea y se le debe satisfacer de inmediato, sin sentido de espera, que lo expresa con llanto  e irritabilidad  y con resentimiento por habérsele dejado esperar, puede morder la teta de la madre y si se le reprende puede rechazar la lactancia. La falta del sentimiento de  espera es el origen de la impaciencia, núcleo motor que hace que el niño gire de  la tranquilidad y la armonía  a la  intranquilidad, inquietud, llanto, rabia y resentimiento. 
El niño belladona, que antes era un bebé tranquilo y armonioso recibe el primer campanazo de alarma y desconfianza, cuando su tranquilidad  se torna en displacer y desarmonía, se vuelve desconfíado, porque la madre no está atenta en la educación y cuidados del hijo, dejándolo solo o al cuidado de otras personas irresponsables, planas e insensibles. Cuando la madre regresa encuentra al niño sumido en llanto e inquietud. El niño  cambia su armonía, su tranquilidad, su inocencia en sospecha, desconfianza, resentimiento, rabia contra sí mismo y los demás. La psora latente  al  activarse por esta causas noxales ambientales, hace que surjan en el niño ansiedades y temores que son expresadas en llanto estruendoso,  no aceptando  el consuelo que la madre le brinde. Estos fenómenos  también  suceden en el destete temprano, la sala cuna,  por ocupaciones de la madre, por una separación de los padres, por la orfandad, por muerte de la madre. El niño se llena de desconfianza e inseguridad, y se vuelve asustadizo.  El niño para conservar la tranquilidad ambiciona que no lo dejen solo, que lo protejan, es una de sus ambiciones, que se perciben como frustadas en su vida de adulto, lo mismo la decepción de amor, que implica separación y tristeza, con inclinación a esconder su tristeza en el alcoholismo, y estar siempre dispuesto a la furia, a  la agresividad de todo tipo.  El origen de la intranquilidad da motivo para que en su edad escolar sean hiperactivos, violentos y dañinos propensos a morder a las personas y objetos, cuya tendencia se originó en la etapa oral sádica.
Cuando le dejan solo cunden las ansiedades, que más tarde se concretaran  en temor a los animales, a los perros negros, a cosas imaginarias, como el sentir que algo está debajo de la cama, tener la sensación de ser vendido, de ser alejado del seno materno, temor a la muerte saltando de la cama en forma impulsiva. Roba y esconde las cosas, vengándose con resentimiento por haberle dejado solo. Intenta escapar de estos temores huyendo de la casa o de la escuela y cuando está lejos de su casa le sobreviene nostalgia y quiere regresar a su hogar, no evolucionó a la independencia, a valerse por sí mismo, en su desesperación agrede con violencia sin justificación, es pirómano en su venganza,es malévolo, celoso sin poder controlarse, caóticos, traviesos , tienden a morder, lloran involuntariamente por bagatelas, rabia con deseos de matarse o matar, el niño salta sobre la mesa, arranca sus dientes, muestra gran violencia en sus gestos, rehúsa la medicina y la comida.
En la etapa del apego (dúo madre- hijo), cuando la madre lo descuida en forma continuada, llega el momento en que al niño no le importa que lo dejen solo, es indiferente a estar cómodo y a todo, no le importa que lo dejen solo, se vuelve triste, y desalentado, busca estar solo, cavila en solitario, se esconde en un rincón,  desea la muerte y trata que lo maten, se hiere y se lanza desde lo alto.
En  el estadío psiphilitico intenta destruir todo con violencia, insulta, pelea, provoca, golpea, muerde. Tiene ideas fijas atormentadoras, remordimientos, habla así mismo, se confiesa en voz alta, se cree condenado, que está tomado por el diablo, que se pudre, que no puede recuperarse, que ha llegado la hora de la muerte, justifica todas esas sensaciones por ruidos imaginarios  (sensible al ruido), ve caras deformadas, figuras horribles,  oye voces de la gente muerta, se vuelve supersticioso.
Toda esta sintomatología está enmascarada al mostrar incoscientemente una personalidad   amorosa, compasiva, tranquila y suave, busca la compañía de otros, es benevolente, industrioso (reemplaza la inquietud), trabaja duro y la ocupación será su tema predilecto.
La acción sobre el sistema nervioso  de belladona y su alcaloide atropina es una congestión activa de la cabeza, gran excitación furiosa, convulsiones y dolores. La acción es excitante con accesos de furor.
El efecto cerebral se traduce en insomnio, delirio, manía furiosa, ilusiones auditivas, visiones de fantasmas horrorosas, gigantes.                                                                             
En la cabeza se observa enrojecimiento facial, dilatación de las pupilas, intolerancia a la luz, al ruido, la cabeza está caliente y las extremidades frías, ojos rojos e inyectados. En los miembros, excitación y movimientos coreiformes. En el cuello pulsos carotideos fuertes. Excita el hipogloso con deglución difícil, tos espasmódica, respiración estridosa.
La atropina actúa sobre el corazón acelerando la frecuencia y elevando la presión arterial, con resistencia de la circulación periférica,  a este mecanismo se debe el eritema de belladona. La atropina suprime la secreción salival con sequedad de     boca y garganta.
Los tres medicamentos del delirio son Belladona, hyosciamus y stramonium. En Belladona predomina la violencia, en hyosciamus el estupor y en stramonium la locuacidad.
El delirio de belladona es violento, salvaje, muerde. Su delirio es desordenado y furioso, insensato, caracterizado por convulsiones y alucinaciones, gritos,  deseos de huir, aversión a la luz, cabeza hacia atrás o gira sobre la almohada, mirada fija, pupilas dilatadas relacionando estos síntomas con meningitis cerebral.

     


  

                                                        

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