TEORÍA PSICOANALITICA DE SIGMUND FREUD.
Para
comprender el alcance científico de la experimentación empírica de las diferentes elementos de los reinos mineral, vegetal y animal que realizó el Dr.
Samuel Hahnemann, en las diluciones homeopáticas, observamos como un sujeto humano, sano y sensible a estos elementos. al ser ingerida por un sujeto humano sano, se
enfermaba y el inicio del cuadro patológico, se caracterizaba por la aparición
de síntomas psicológicos que trastornaban su conducta o personalidad. Freud,
como neurólogo, observó que en todos los pacientes con alteraciones
conductuales, existía un fondo sexual, que implicaba una serie de conflictos y
representaciones psíquicas inconscientes, que el niño ha debido superar, en la
evolución de su desarrollo sexual, en forma también inconsciente, para lograr
el objetivo final "La reproducción fundamentada en el amor."También observó,
que las represiones y castigos inferidos a estos pacientes por sus malos comportamientos,
no tenían validez, porque la vida psíquica no tiene su centro emisor en la
conciencia, que es la estructura de la personalidad, en que los fenómenos
psíquicos son plenamente percibidos y comprendidos por la persona,
racionalizados y sujetos a la voluntad, así exista el libre albedrío. Veamos un
ejemplo, el consciente por medio de la racionalidad sabe que es de noche, que
está cansado de su trabajo diario, debe acostarse, descansar y dormir. El
consciente sabe que se acuesta a descansar y dormir, pero es el inconsciente
quien determina esta acción, y el razonamiento sería " voy a descansar y
dormir, si mi inconsciente me lo permite, si las preocupaciones inconscientes
no bloquean el descanso. Es pues el inconsciente quien determina las acciones
de la conducta, buenas o malas. Es la razón por lo que los castigos y el
asombro cultural o religioso, no
influyen en la conducta inconsciente del ser humano. Todos los conflictos y representaciones fantasiosas, que se producen
durante el desarrollo de las diferentes etapas sexuales y que el niño no
superó, por considerarlas agresivas para su estabilidad, estas deben olvidarse,
no ser recordadas y por lo tanto ingresan al inconsciente y en determinados
momentos de su vida emergen al consciente, en forma de preocupaciones,
ansiedades, temores, conductas anormales, cambios de carácter etc.
La energía del
inconsciente por tener represado todos los conflictos no superados, es superior
a la energía del consciente, racional y sujeta a la voluntad, por ello el
inconsciente es el determinante de la acción “no deja dormir.” No sucede lo
mismo con los animales, que están gobernados por los instintos, influidos por el
ciclo circadiano, quien determina los patrones del sueño, alimentarios y la
actividad cerebral. Los seres humanos deben
identificarse, el varón como hombre y la
hembra como mujer, al seguir los patrones de sus padres evolucionados y maduros. Esta identificación, se hace expensas del desarrollo sexual, siempre que
cada etapa sea superada y se pase a la siguiente, si hubo algún conflicto que
impidió esta superación, la energía que se requirió para para dar este paso, se
acumuló en el inconsciente, en forma de energía no degradable, porque cuando se
necesitó, no se gastó, no fue funcional. En cualquier etapa de su desarrollo sexual, esta energía, no degradable, acumulada en el
inconsciente emerge al consciente en forma de pulsiones, que son las determinantes
de la acción, porque no están sujetas a
la voluntad. Estos deseos reprimidos, en el niño son considerados malos, agresivos, al emerger al consciente, y realizar la acción reprimida, siente culpabilidad, se arrepiente, y se entrega a todo el simbolismo
religioso, creyendo que así conseguirá perdón, percibiendo una sensación de
paz y tranquilidad transitoria, al ser perdonado por Dios. Su decepción es muy
grande cuando esta energía vuelva a salir y determina nuevamente la acción. El
paciente entregado a la religión, siente que ha sido tentado por
los demonios, que lo empujan al pecado.
Para
que las etapas del desarrollo psicosexual se superen normalmente, deben estar impregnadas
de amor, de tolerancia, de cohesión social, de valores éticos y morales,al recibir
el ejemplo de conductas correctas de los padres. El niño moldeado en casa, de acuerdo a
verdaderos valores y principios, le es más fácil identificarse con sus padres,
de tal modo que pueda internalizar las imágenes masculina del papá y la imagen
femenina de su mamá, es más fácil que un ser identificado pueda cumplir las
metas para lo que fue creado, se reproduzca y perdure la especie. Si no se
transcienden los diferentes estadios de la maduración psicosexual, los conflictos
psíquicos, que impiden que se transcienda de una etapa a otra, van al
inconsciente y se acumulan en forma de compulsiones, desviaciones sexuales,
neurosis y locura, por último inciden en el organismo, alterando su
funcionalidad y lesionando los tejidos, que en alopatía denominan enfermedades
psicosomáticas.
La
energía que regula el desarrollo sexual de la genitalidad, Freud la llama
energía libidinosa y aparece en las
diferentes etapas o fases del desarrollo sexual.
LA ETAPA ORAL, comprende dos fases. La primitiva o intrauterina, y la
fase de lactante. La intrauterina, el feto percibe por medio de la placenta, en
forma de vibraciones, todas las impresiones del medio ambiente, percibidas por la madre. La
fase oral del lactante, se relaciona con
el placer del bebé, en el momento de la alimentación (instinto de conservación).
La boca tiene un papel fundamental en esta etapa, el chupeteo y la succión del
alimento, le proporciona al bebé un estado satisfacción y estabilidad
emocional.
FASE
ORAL SÁDICA. Se inicia con la aparición de la dentición. El bebé persiste en la
fase del chupeteo, pero es rechazado por la madre, porque esta etapa está
ligada al acto de morder, y por este hecho se instauran en forma indefinida,
los sentimientos de amor y odio (atracción
del bebé por la teta, el amor, y rechazo de la madre, el odio, por el
morder). El bebé, en la etapa oral, primero siente hambre, que es un sentimiento
de displacer, todo lo que moleste al bebé, le produce displacer, lo primero observado, cuando el bebé nace es el sentimiento de displacer, raíz del sentimiento de odio,
Al encontrar la teta de la madre, y al poderla subccionar, recibiendo las caricias y la ternura que la madre le procura, esto le trae un estado de placer, de estabilidad emocional, raíz del sentimiento de amor. El amor en el lactante está ligado al sexo, a una fuente de placer, los labios, la lengua y la boca, tienen papel preponderante en la satisfacción, como fuente de placer y comodidad.
Al encontrar la teta de la madre, y al poderla subccionar, recibiendo las caricias y la ternura que la madre le procura, esto le trae un estado de placer, de estabilidad emocional, raíz del sentimiento de amor. El amor en el lactante está ligado al sexo, a una fuente de placer, los labios, la lengua y la boca, tienen papel preponderante en la satisfacción, como fuente de placer y comodidad.
El bebé y la madre
inician sentimientos de socialización, que implica una retroalimentación entre
ambos. El bebé se satisface, porque la madre brinda satisfactoriamente el
alimento, se inicia el instinto de conservación, que satisface las necesidades
vitales. El bebé siente primero hambre, displacer, al encontrar la teta de la
madre, se establece un chupeteo y se suple el hambre, y el afecto, queda en un estado
placentero de amor que desplaza el estado de displacer, de odio y
el ciclo será displacer, odio, placer, amor. Los sentimientos de amor y odio
son estructurales en la formación del yo integral. El yo integral se forma por
la identificación del ser humano, con las imágenes interiorizadas del padre y
de la madre, de lo masculino y femenino
así, la madurez sexual lleva al
hombre a la identificación con lo femenino, de acuerdo a la proyección de esta
imagen femenina interiorizada, el hombre podrá seleccionar su pareja, fruto de la proyección de esta imagen internalizada e identificada. En la mujer se efectúa el mismo mecanismo, ella proyectará en su pareja la imagen internalizada e identificada de su padre, el hombre seleccionado, para que sea
su pareja. En
toda pareja habrá siempre momentos de amor y de odio, de atracción y de
rechazo. Que son sentimientos inevitables en la especie humana, estos
sentimientos no se mezclan, no son homogeneizados, no coexisten al mismo tiempo,
es imposible amar y odiar, el amor rechaza al odio. En el bebé el placer
remplaza el displacer. En la etapa oral sádica, el niño muerde la teta de la
madre, no hay placer, porque la madre, lo rechaza al sentirse agredida. Pero en
el inconsciente del niño, el que rechaza
es el niño, porque es él, el que muerde para ser rechazado. Se esbozan los mecanismos de proyección, odiamos en otros los defectos que tenemos.
Detrás del amor, esta el odio y viceversa. La verdadera identificación
comprende también, la identificación de las cualidades y defectos de estas
imágenes, que en lo externo están ligadas por sentimientos de displacer, peleas
entre cónyuges, placer, amor, perdón y
reconciliación.
Otras consideraciones respeto a la fase
oral. En esta etapa, el bebé
prácticamente está en un estado de simbiosis con la madre, son inseparables. El
padre en forma progresiva y especialmente después de los 18 meses, se meterá en
este dúo, madre – bebé y lo convierte en un triangulo, padre – madre – bebé.
Esta etapa es importante en la socialización primaria, así el padre evitará la
fijación del bebé al pecho y ayudará a la superación del complejo de Edipo del
niño, y el de Electra en la niña. El padre pasará más tiempo con el niño,
jugando y enseñando como son las impresiones externas del medio, temblará para
indicar el frío y se desabriga para indicar calor, estará presente durante el
período de adaptación a la escuela infantil, esto resta energía libidinal del
niño hacia la madre, en el complejo de Edipo. Al niño no se le debe forzar el destete, a no ser que él
mismo lo desee. Etapa anal: 2- 3 años. La zona erógena son el ano, la uretra en el
hombre y el clítoris en la mujer. El objeto caracterizado de esta etapa, son
las heces y la orina y la finalidad, es el control de esfínteres.
Esta etapa comprende dos fases, una expulsiva y la otra retentiva. La
finalidad de la fase retentiva es conseguir placer erótico, porque esta
retención estimulan las zonas erógenas dominantes, de esta etapa. A los dos
años, el niño ya ha madurado para controlar esfínteres, es hora de dejar los
pañales. El niño cree que produce cosas que son deseadas por los demás, pero
siente que lo que produce es suyo, le pertenece, quiere retener, porque esto le
produce placer, estimula las zonas erógenas, retiene hasta que se hace en las
ropas y esto genera reacciones violentas de la madre, que lo descalifica y lo
tilda de ser sucio, le rechaza y hasta le pega, este control le produce
ansiedad y piensa que la madre no le quiere, y asocia este sufrimiento con el
valor simbólico, de las heces como un
valor muy preciado y que la madre se lo quiere quitar, esto le genera rabia,
rencor y venganza. Este sentimiento en el futuro le generará, sentimientos de egoísmo y de avaricia, cada vez que tenga que dar algo que le
pertenece, sufrirá mucho, no sentirá el placer de dar. Para que el niño supere
esta etapa, habría que cambiarle este placer de retener, por un placer más
grande, el aplauso, el reconocimiento, los regalos, así sentirá el deseo de
dar, para recibir una recompensa, el reconocimiento de los demás y cuando esto
suceda se origina el sentimiento de la generosidad, el sentir más placer en dar
que en retener. Si no supera la etapa de retener y el ensuciarse en las ropas,
es repetitivo, esto genera mucha ansiedad, que hace surgir situaciones de
control, desviadas a controlar el entorno, por medio de actos obsesivos, estos
sujetos requieren que todo esté en perfecto orden, siempre limpio. Como esto es
un patrón de idealidad, estando su casa limpia, quiere que este más limpia y
así sucesivamente, lo que nunca logrará, a pesar que limpie sobre limpio,
desinfecte, son esclavos de la suciedad, se anclan en la suciedad, viven para
limpiar, como si controlando el exterior, puedan manejar su ansiedad, son
impecables en el orden y en el vestir.
ETAPA FÁLICA.
ETAPA FÁLICA.
Las
zonas erógenas son el pene y el clítoris. Después de los tres años se inicia la
masturbación, más exteriorizada en el hombre
y más oculta en la mujer, ella apenas se frota las piernas una contra
otra. La mujer al observar el pene del niño y ver que ella no lo tiene, esto lo
ve como un defecto y crea la sensación
de haber sida castrada. El niño tiene temor que su pene sea dañado o que se le pierda, que ha sido castrado al igual que
su hermana que no lo tiene, por castigo, por tener deseos sexuales, esto
constituye el complejo de castración. La niña tiene envidia del pene de su
hermanito y desea ser varón y crea el sentimiento de haber sido castigada con
la castración. En este período se establecen las relaciones amorosas con los
padres. El niño se enamora de la madre y la niña del padre y se establecen los
complejos de Edipo y de Electra.
Después
de muchos conflictos psíquicos inconscientes, el niño debe identificarse con el
pene del padre, símbolo de virilidad y así darle las propiedades a su pene,
semejantes al pene de su padre, el pene del varón como hombre implica lo que es
un hombre, no un macho, es un hombre responsable en su hogar, ama su mujer, es
fiel, la ayuda moralmente y físicamente, le da seguridad, tiene un hogar
indisoluble, ama a sus hijos, trabaja para ellos etc. Así el niño que se
identifica con el padre, adquiere las responsabilidades de un varón como hombre, si no hay
identificación, la energía libidinosa que no se consumió porque no hubo
identificación, se represa en el inconsciente, como energía no degradable
y sale al exterior como pulsión, buscará
siempre un pene en otro, es una desviación homosexual y en el caso de la niña, al identificarse con la
madre, que siempre vive con la ansiedad y temor, por que el pene de su padre, le hizo daño a su madre, al no cumplir las
responsabilidades como hombre. Bajo los
mismos mecanismos, buscará relaciones con las mujeres que no tienen pene, y no
le harán ningún daño, la desviación será el lesbianismo. El niño cuidado bajo
las normas del verdadero hogar, se acerca más a su papá, tomando a su papá como
factor de identificación y a medida que toma los patrones conductuales de su
padre, se va identificando, hasta que los patrones conductuales de su padre, le
son propios. El es su propio papá, es un verdadero hombre. Cuando se produce
en forma estable esta identificación de las virtudes y defectos del padre, ya
no requiere más de su padre, para suplir las necesidades, no lo necesita, por que él és su
propio papá. Podrá tomar sus propias decisiones sin culpabilidad, es tiempo de
tener pareja, identificado también con la imagen femenina de su madre,
internalizada que la
proyectará en su pareja. La niña al
identificarse con su madre, llega hacer la mujer adulta, la madre.
ETAPA DE LACTENCIA.
Se observa en el período comprendido entre la declinación sexual del niño, 6 años y la madurez sexual, hasta los 13años en las niñas y en los hombres de 14 a 15 años.Representa una etapa de declinación en la evolución sexual y aparecen sentimientos como el de pudor y asco y sentimientos de aspiraciones morales y estéticos.
ETAPA DE LACTENCIA.
Se observa en el período comprendido entre la declinación sexual del niño, 6 años y la madurez sexual, hasta los 13años en las niñas y en los hombres de 14 a 15 años.Representa una etapa de declinación en la evolución sexual y aparecen sentimientos como el de pudor y asco y sentimientos de aspiraciones morales y estéticos.
.ETAPA PUBERAL:
De los 12 a 15 años. Se establece el rol sexual de la
masculinidad y la feminidad. ETAPA DE LA ADOLESCENCIA:
Se elige el objeto amoroso y se desencadenan
sentimientos apasionados. COMPLEJO DE EDIPO.
El contacto permanente del niño con la madre desde siempre. En la etapa fálica, los deseos incestuosos hacia la madre se acrecientan, el niño la desea como objeto de amor y el padre pasa a ser visto como un rival superior en la competencia por el amor de la madre. El niño va aumentando su rivalidad con el padre y en su fantasía, el niño desea quitarle al padre el pene y apodarse de él, con este pene puede tener relaciones sexuales con la madre, pero esta etapa debe ser superada.
El contacto permanente del niño con la madre desde siempre. En la etapa fálica, los deseos incestuosos hacia la madre se acrecientan, el niño la desea como objeto de amor y el padre pasa a ser visto como un rival superior en la competencia por el amor de la madre. El niño va aumentando su rivalidad con el padre y en su fantasía, el niño desea quitarle al padre el pene y apodarse de él, con este pene puede tener relaciones sexuales con la madre, pero esta etapa debe ser superada.
COMPLEJO DE ELECTRA (término propuesto por JUNG).
La niña en su fantasía, el objeto de amor es
su padre y simbólicamente tiene la idea de tener un pene como el de su padre,
pero en su evolución somática se
identifica con la genitalidad de su madre, vulva, vagina, útero, etc. Y se
identifica con la imagen masculina, internalizada y la proyectará en la
selección de un hombre con un pene igual al de su padre, así le podrá dar el hijo deseado, en
su etapa de maduración psicosexual.
La investigación cognitiva, sobre procesos inconscientes, actualmente se estudian bajo las normas académicas, regidas por el “paradigma del procesamiento de la
información (Claude Shanon), que es opuesta a la teoría psicoanalítica de
Freud, que está regida por conceptos teóricos relativamente especulativos (por
ser difíciles de verificar empíricamente), especialmente el complejo de Edipo y
de Electra. Como los conceptos del inconsciente, no fueron concluyentes de ninguna investigación y mucho menos se podían contrastar, fueron conceptos muy
subjetivos, lo mismo que las interpretaciones de cada terapeuta. Esta es la razón para considerarse como una teoría todas las explicaciones que Freud dio en relación a la evolución de la genatalidad de los niños y por ende no son incluidas en el marco del conocimiento científico, y en muchas universidades médicas, estos conocimientos no entran en su plan de estudios. No así, en la homeopatía fundamentada en la ley de los similares, que és universal y por tanto se considera como ley y no como una teoría especulativa.
Lo importante en el tratamiento de las compulsiones, no es curar la compulsión, porque no se trata de una enfermedad,(la homosexualidad no es una enfermedad), pero si curar la ansiedad y la culpabilidad que el paciente presenta, creyendo que con la fe y la voluntad puede corregir lo que inconscientemente registró en su genoma y se quedó como información activa, nunca fue latente. En el historial clínico de las personas consultantes, manifiestaron “ desde que me conozco, siempre he sido así “ un homosexual, ni la religión, ni mi voluntad, me han librado, me siento encadenado y esclavizado, lo que más deseo es ser libre y no subyugado a una tendencia sexual. En el inconsciente están represados estos deseos insatisfechos, aquellos que no suplieron el displacer, y se registraron como información activa en el inconsciente y si se reprimen, en algún momento explotarán con mayor potencia y con más ansiedad y culpabilidad, con el estrés psicológico, se puede producir más agotamiento y excitación, hasta el descontrol total. Estas compulsiones no obedecen a la voluntad y nadie las eligió, no son castigo divino, son solamente errores en el desarrollo psicosexual, quizás por tabúes culturales de los padres, que no supieron brindar el afecto y educan a sus hijos de acuerdo a los patrones como fueron educados por sus padres, pero ellos tampoco tienen culpabilidad.
Creo que lo más importante es el tratamiento homeopático ajustado a la ley de la semejanza y a las demás normas científicas de la homeopatía. Curar las ansiedades y educar a estos pacientes, para que acepten sus compulsiones, que es el aceptarse a si mismos. Si por circunstancias culturales, debe ocultar su inclinación, esto no es lo importante, lo importante es que se acepte así mismo. Se hacen estas elucubraciones, como preámbulo del estudio de la dinámica de las diluciones homeopáticas y comprender como los síntomas primarios, las ansiedades evolucionan hacia los temores, es decir como la sintomatología sintomatología mental, articula unos síntomas a otros. Así se comprenderá la homeopatía como ciencia holística, que estudia y trata los seres emocionales y racionales, como los animales superiores y el hombre. Los conocimientos de la teoría psicoanalítica de Freud, son importantes para la homeopatía, al ayudar a conocer la emotividad de los animales y del hombre.
Lo importante en el tratamiento de las compulsiones, no es curar la compulsión, porque no se trata de una enfermedad,(la homosexualidad no es una enfermedad), pero si curar la ansiedad y la culpabilidad que el paciente presenta, creyendo que con la fe y la voluntad puede corregir lo que inconscientemente registró en su genoma y se quedó como información activa, nunca fue latente. En el historial clínico de las personas consultantes, manifiestaron “ desde que me conozco, siempre he sido así “ un homosexual, ni la religión, ni mi voluntad, me han librado, me siento encadenado y esclavizado, lo que más deseo es ser libre y no subyugado a una tendencia sexual. En el inconsciente están represados estos deseos insatisfechos, aquellos que no suplieron el displacer, y se registraron como información activa en el inconsciente y si se reprimen, en algún momento explotarán con mayor potencia y con más ansiedad y culpabilidad, con el estrés psicológico, se puede producir más agotamiento y excitación, hasta el descontrol total. Estas compulsiones no obedecen a la voluntad y nadie las eligió, no son castigo divino, son solamente errores en el desarrollo psicosexual, quizás por tabúes culturales de los padres, que no supieron brindar el afecto y educan a sus hijos de acuerdo a los patrones como fueron educados por sus padres, pero ellos tampoco tienen culpabilidad.
Creo que lo más importante es el tratamiento homeopático ajustado a la ley de la semejanza y a las demás normas científicas de la homeopatía. Curar las ansiedades y educar a estos pacientes, para que acepten sus compulsiones, que es el aceptarse a si mismos. Si por circunstancias culturales, debe ocultar su inclinación, esto no es lo importante, lo importante es que se acepte así mismo. Se hacen estas elucubraciones, como preámbulo del estudio de la dinámica de las diluciones homeopáticas y comprender como los síntomas primarios, las ansiedades evolucionan hacia los temores, es decir como la sintomatología sintomatología mental, articula unos síntomas a otros. Así se comprenderá la homeopatía como ciencia holística, que estudia y trata los seres emocionales y racionales, como los animales superiores y el hombre. Los conocimientos de la teoría psicoanalítica de Freud, son importantes para la homeopatía, al ayudar a conocer la emotividad de los animales y del hombre.
Los síntomas más importantes en la investigación
empírica hecha por Hahnemann, son los síntomas psicológicos, tan importantes
son, que muchos autores, con los solos síntomas psicológicos, pueden prescribir
la dilución homeopática acertada.
FANTASIAS AGRESIVAS EN LAS ETAPAS DEL DESARROLLO PSICOSEXUAL.
En la etapa
oral, desde su nacimiento hasta el destete, el mordisco es una manifestación
agresiva por no poder succionar, razón por la cual el destete se debe iniciar
antes de la dentición, en la dentición el niño puede morder comida sólida sin
prohibiciones. En esta etapa el niño se encuentra totalmente desamparado y
depende en su totalidad de su madre, se constituye el vínculo madre e hijo, el
llanto es el lenguaje que el bebé utiliza para satisfacer sus necesidades,
cuando la madre se aleja del niño, la reclama
por medio de llanto y de irritabilidad. Los objetos de juego que se le acercan,
el peluche y el sonajero u otro juguete que permitan crear un espacio
intermedio entre el bebé y la madre, el niño no los acepta porque tiene rabia
por la ausencia de la madre que no llega. Estos objetos son maltratados y con
tendencia a destruirlos (lívido y agresión). Así el niño expresa su
ambivalencia afectiva.
El niño
siente placer cuando es higienizado por su madre y cuando no tiene esta
satisfacción expresa su desagrado no controlando esfínteres.
Para el
control de esfínteres requiere que el niño renuncie a jugar con sus excrementos
y renuncie hacer sus necesidades en cualquier sitio y a cualquier hora, en este
momento prima la ambivalencia del amor y
el odio. Ama a su madre cuando está cerca supliendo sus necesidades y la odia
cuando se aleja y sus reacciones agresivas son dirigidas a los muñecos y a los
animales, a quienes acaricia o destruye.
La expulsión
de los excrementos produce emociones contradictorias, por un lado quiere
complacer a su madre con ellos y tiene placer por la suciedad y el desorden,
tiene dominio al obligar a su madre a higienizarlo, que al sentir el tacto erótico en sus
genitales está complacido. El constiparse expresa la negación a satisfacer los
deseos de que lo higienicen obteniendo
dominio sobre su madre al oponerse al deseo de la madre por asearlo. Con esta
aptitud muestra también su ambivalencia.
Etapa
Fálica: A los 3 ½ años hasta los 6 años.
El niño descubre los órganos sexuales a causa de su micción y por el
tocamiento repetido de la higienización, los niños tienen juegos eróticos
manuales y descubren la diferencia de
género. A medida de que el niño crece, la madre deja de ocuparse de él en forma
exclusiva y el niño comprende que a pesar de que su madre es el único amor,
ella puede alejarse por otros intereses que tenga. Pero el padre y sus hermanos
se trasforman en sus rivales y se esboza el origen de los celos. La niña se
identifica con su madre y viste con sus ropas, se pinta y se pone adornos como
lo hace su madre. El niño se entrega a juegos más agresivos, juega con palos
que los transforma en fusiles y revólveres y se complace en ordenar y dar miedo
y cuando puede se pone la ropa de su padre. A los 4 ½ años el varón juega en
golpear y matar a su padre y en acaparar la ternura de su madre, le
promete casarse con ella y darle muchos regalos y tener hijos, en esta etapa
juega papel preponderante el complejo de Edipo. La niña a los 3 ½ años vive un
período similar. Es seductora con el padre, coqueta, afectuosa. Muchas veces
los padres los mandan a jugar solos para estar en intimidad, el niño se siente
impotente y celoso. En el complejo de Edipo en el varón, los niños tienen la
creencia que todos los hombres y mujeres tienen pene, el niño tiene temor de
perder su pene, que le produce ansiedad de castración, el niño se aleja de su
madre y a los tres o cuatro años el niño se comporta con su madre como si fuera
un adulto, quiere ocupar el lugar de su padre y tiene deseos agresivos de matar
a su padre, lo subestima y lo cela porque es un rival frente a su objeto de
amor. El niño declina su agresividad para poder identificarse con él. Hay una
doble actitud de rivalidad, por un lado quiere reemplazarlo, pero también
quiere imitarlo. En su competencia con el padre tiene ansiedad de castración,
si no supera esta etapa puede tener trastornos en su sexualidad y personalidad.
Al finalizar el complejo de Edipo, el niño se puede comunicar con otras
personas diferentes a su contexto familiar.
La niña a
los 3 ½ años se da cuenta que existen otras personas poseedoras del pene que
ella no tiene, pero se resigna creyendo que algún día le crecerá, pero observa
que su madre nunca lo ha tenido. El interés de la niña se desplaza hacia su
cuerpo y cara, se adorna, se peina, se pone collares y flores en el pelo. Esto
actitudes en compensación a lo que ha tenido que renunciar, el pene. Inicia una
conquista hacia su padre que si lo tiene, desea tenerlo como marido y tiene
fantasías y conductas agresivas, desea matar a su madre para quedarse con el
padre. Si en la adolescencia el padre no la estimula para que conozca otros
chicos, le prohíbe y le coarta sus deseos, no le permite expandirse
socialmente, el niño o la niña se vuelven inseguros lo que le origina
dificultades en el aprendizaje o se sienten impedidos para socializar con otras
personas. En la adolescencia tienen capacidad para el coito y para la
reproducción.
Comentarios
Publicar un comentario